domingo, 26 de junio de 2011

BUDA




En idioma sánscrito, el término buddha (बुद्ध) significa ‘despierto, iluminado, inteligente’.1 2
Es una figura religiosa sagrada para dos de las religiones con mayor número de adeptos, el budismo (fue fundador del dharma budista y primer «gran iluminado») y el hinduismo (en el que se lo considera como la novena encarnación del dios Visnú, de acuerdo al Garuda-purana y la vigesimoprimera y penúltima según el Bhāgavata purāna [hacia el siglo XI d. C.]).
Aunque existen muchas leyendas, se concuerda en que fue un líder religioso conocido como Siddhartha Gautamá. Vivió en una época de cambio cultural en que se atacaban los procedimientos religiosos tradicionales de la India. Fue uno de los reformadores que dio un impulso renovador en el ámbito religioso dhármico que se propagó más allá de las fronteras de la India y terminó transformándose en una de las grandes religiones del mundo, el budismo.

Datación

Buda vivió a finales de lo que se conoce como periodo védico, esto es, cuando se fijó la composición del texto sagrado hinduista Rig-veda (comenzado a crear hacia el 1500 a. C.).
La tradición considera que vivió entre el 543 (566 según otros) y el 478 a. C. aproximadamente.
El budismo posee su propio calendario lunar, que se inicia en el 543 a. C.
Sin embargo, publicaciones recientes no aceptan esa datación y fijan su muerte entre el 420 y el 368 a. C.

Nacimiento

Siddharta nació en el seno de una familia noble del clan de los shakia. Su lugar de nacimiento fue en Lumbiní, el reino de Kapilavatthu, una aldea del Terai (en el actual Nepal) que está a los pies de los montes Himalayas.
Según la tradición oral, Śuddhodana, el padre de Siddhartha, era el rey que gobernaba el clan de los shakia. Por este motivo Buda también es conocido como Shakia Muni (śākya-muni, el ‘sabio de los shakia’).4
Su madre Maia Deví era una de las esposas del rey. Siddhartha fue el nombre escogido para el recién nacido, que significa ‘la meta perfecta’ o ‘la meta de los perfectos’. La reina Maia, madre de Siddhartha, murió justo al nacer su hijo, que fue educado por su tía Payapati
Según la tradición oral, poco después de su nacimiento fue visitado por el brahmán Asita, un asceta de gran reputación por su sabiduría y por sus dotes para interpretar presagios. El sabio brahmán profetizó que Siddhartha llegaría a ser un gran gobernante o un gran maestro religioso, lo que consternó a Śuddhodana, que quería que su hijo siguiera sus mismos pasos y que un día le sucediera en el trono. Por ello su padre lo protegió de la dureza de la vida, fuera de palacio, para evitar que el hijo desarrollara su tendencia hacia lo espiritual. Pensó que el mejor modo de evitarle la tendencia a la religiosidad consistía en impedirle toda experiencia con el lado amargo de la vida, de modo que creó en torno de él una vida llena de placeres y con el menor contacto posible con el sufrimiento de la realidad.
Dice la leyenda que Maia fue fecundada por un pequeño y bello elefante provisto de seis colmillos que hirió delicadamente su regazo sin causarle dolor. Al nacer, el pequeño Siddhartha habría aparecido ante su madre sobre un loto mientras una suave lluvia de pétalos caía sobre ambos, y dijo: «Triunfaré sobre el nacimiento y la muerte y venceré a todos los demonios que hostigan al humano».
Según otra versión, Maia soñó una noche que un pequeño elefante con seis cuernos y cabeza de color rojo rubí bajaba del cielo y entraba en su vientre por el lado derecho. Ocho sacerdotes le explicaron a su esposo que el niño sería santo y alcanzaría la sabiduría perfecta. Más tarde ella salió al jardín con sus sirvientas y caminó bajo un árbol sala, el cual se inclinó. La reina se colgó de una rama y miró a los cielos. En ese momento Siddhartha surgió de su lado.
Dice también la leyenda, que cuando Gautamá nació recobraron la vista los ciegos, los sordomudos hablaron y una música celestial llenó el mundo.

Infancia y juventud


Los primeros 29 años de la vida del príncipe Siddhartha Gautamá Buddha transcurrieron completamente ajenos a toda actividad espiritual, siempre vivió con su familia. Los detalles de la infancia y juventud de Siddhartha narran una vida rodeada de enorme lujo y comodidad. Recibió la mejor educación y formación posibles en su tiempo.
Siddhartha comenzó a sentir curiosidad por conocer cómo eran las cosas en el mundo exterior y pidió permiso a su padre para satisfacer su deseo. Śuddhodana accedió, pero preparó la salida de su hijo ordenando que despejaran las calles de toda visión que pudiera herir la sobreprotegida conciencia del príncipe. No obstante, sus cuidadosos arreglos fracasaron pues Siddhartha, aclamado por la multitud a su paso por las calles, no pudo dejar de percibir el dolor bajo sus formas más agudas, por primera vez se percató de la vejez, enfermedad y muerte.

Búsqueda espiritual


Siddhartha Gautamá representa a la perfección el concepto de «búsqueda espiritual» según las antiguas creencias, sobre todo de naturaleza oriental. Es decir, el incansable esfuerzo interno o la catarsis que conduce a la unión liberadora con la divinidad o nirvana y por la que todos los seres humanos tarde o temprano se verán obligados a realizar (autorrealización) para alcanzar algún día lailuminación, después, eso sí, de experimentar las necesarias y aleccionadoras reencarnaciones. Asimismo, la figura de Siddharta convertido finalmente en el Iluminado (o Buda) viene a expresar la idea mística de que el camino hacia la propia luz y por consiguiente la obtención de la paz interior implica enorme sacrificio y suele comenzar con una provocadora e inquietante duda.


Abandono del hogar

La historia de Barlaam y Josafat nos cuenta que el descubrimiento de la vejez, la enfermedad y la muerte fue traumático para Siddhartha. Se dio cuenta de que también él estaba sujeto al mismo sufrimiento y su ánimo se tornó sombrío, pues se preguntaba cómo alguien podía vivir en paz y felicidad si esto era lo que le deparaba la vida. En una nueva salida al exterior, el príncipe vio a un anacoreta, un monje mendicante, del cual se sintió impresionado por su carácter apacible. Decidió adoptar, también él, la vida de los monjes que vivían en extremo ascetismo, pasando antes unos años como mendigo.
Siddhartha vivió como un príncipe hasta los 29 años; luego abandonó su hogar, dejando atrás a su esposa y a su hijo. Partió con la cabeza rapada y ataviado con un vestido amarillo de itinerante, sin dinero ni bienes de ninguna clase, en busca de la iluminación. Más tarde descubrió que todo extremo es malo.


Maestros

En su camino, Siddharta aprendió de la mano de cuatro diferentes maestros. Con ellos aprendió diferentes técnicas de meditación y logró altos estados de conciencia. En esencia, las distintas ideas que examinó Siddharta intentaban redefinir la unión del individuo(Atman) con un absoluto (Brahman) para así lograr la liberación. Pero a pesar de sus grandes logros con estas prácticas, no encontró en ellas satisfacción para sus preguntas. Entonces, en un intento por doblegar totalmente al mundo sensorial, Siddharta probó a someterse a austeridades tan extremas que casi ocasionaron su muerte, pero aun así tampoco encontró solución a su problema. Por esto decidió investigarlo de una manera nueva y diferente.
Aprendió dos cosas de suma importancia: primero, que el ascetismo extremo no conducía a la liberación total, sino que era preciso algo más; y segundo, que, alcanzado cierto punto, ningún maestro era capaz de enseñar nada más. Siddhartha partió decidido a no seguir buscando fuentes externas de sabiduría, sino a encontrarlas dentro de sí mismo.
Una versión mítica de esta etapa de su vida nos dice que Siddhartha, en sus extremas prácticas de ascetismo, después de algunos días sin comer ni beber agua, pocos minutos antes de su muerte, escuchó a un maestro que estaba enseñándole a una niña a tocar la cítara. Dicho maestro le dijo que si la cuerda estaba muy floja no sonaría, pero si la cuerda de la cítara se encontraba muy tensa se rompería: la cuerda debía estar en su justa tensión para que pudiera dar música y armonía. En ese momento Siddharta comprendió el camino del medio: tanto el ascetismo extremo como la vida de placeres del palacio eran dos extremos, y la verdad se hallaría en la justa medida entre el placer exacerbado y el ascetismo extremo.

NIRVANA
Al final de su periplo Siddhartha caminó en un lugar llamado Bodhgaya, en el estado indio Bihar, hasta sentarse bajo la sombra de un árbol llamado bo o bodhi (ficus religiosa), considerado el árbol de la sabiduría.
Una noche de luna llena decidió no levantarse hasta que hallara la respuesta al sufrimiento. Pasó varias semanas debajo de este árbol. Como empezó una terrible tormenta, de debajo de las raíces del árbol surgió Muchilinda, el rey de los nagas (serpientes), se enroscó alrededor de Gautamá y lo cubrió con su caperuza. Finalmente Gautamá tomó conciencia de que ya se había liberado definitivamente. Comprendió las Cuatro Nobles Verdades. Ya no pesaba sobre él la ilusión del falso yo: su verdadero ser estaba más allá de las dualidades del aferramiento y la repulsión; había trascendido el espacio y el tiempo, la vida y la muerte. Comprendió que nunca más volvería a renacer, que había roto el eterno girar de la rueda del samsara. Esto es el nirvana.
Contando para entonces 35 años, según la leyenda, Siddhartha despertó de sus meditaciones como un Buda (‘despierto’, ‘iluminado’) y siguió sentado bajo el árbol bodhi durante cierto tiempo, disfrutando de la dicha de la renunciación, de la liberación. Después empezó a enseñar sobre el nirvana a quien le oyera; fundando lo que se conoce en Oriente como Buddha-Dharma (la enseñanza del buda); en occidente se conoce más comúnmente como el budismo.

[Paranirvana (muerte)

Artículo principal: Paranirvana
Siddhartha Gautamá murió a los 80 años de edad. La causa fue una intoxicación alimenticia que le produjo vómitos, hemorragias y grandes dolores que, según los testimonios, soportó con gran entereza. Finalmente, se recostó en un bosque de mangos en Kushi-Nagara, a unos 175 kilómetros al noroeste de Patna. Allí, rodeado de sus discípulos, alcanzó la paz eterna de la extinción completa, elpara nirvana. Este es un estado al que solo acceden después de morir los que han alcanzado el nirvana durante su vida. Antes de expirar dijo el Nirvana Sutra, donde resume toda su enseñanza y aclara los puntos que él vio que no estaban bien comprendidos.

[Tras su muerte

Artículo principal: Historia del budismo
El budismo prácticamente desapareció de la India hace mil años, aunque recientemente está reviviendo. Asimismo, la enseñanza se expandió hacia el sur a Sri Lanka y el sudeste de Asia, donde la forma theravada de budismo aún sigue floreciendo. También se difundió al norte al Tíbet, China, Mongolia y Japón. Las formas majaianas de budismo se practican en estos países, aunque en el último siglo han sido bastante relegadas debido al comunismo y al consumismo. En el último siglo el budismo se ha difundido en Occidente.

[Buda, el concepto

Artículo principal: Buda
El término proviene del sánscrito बुद्ध, buddha: ‘inteligente’, ‘iluminado’. Etimológicamente deriva del verbo budh: ‘despertar, prestar atención, darse cuenta, entender, recuperar la conciencia después de un desmayo’. Según el budismo, Buda es la denominación que reciben aquellos individuos que han realizado su naturaleza bodhi.
Siddharta Gautamá, Buda, se considera «el Buda de nuestra era», uno de los budas principales que definen eras cíclicas de enseñanza y olvido del dharma (la verdad; la naturaleza de la realidad, de la mente, de la aflicción del ser humano y del camino correcto para la liberación).
Debido a ciertas malas interpretaciones muy comunes, se debe enfatizar que Buda no es Dios. Esto no solo lo aseguró el mismo Buda Gautamá, sino que la misma cosmología budista hace esta distinción al afirmar que el estado del budha únicamente lo pueden lograr los seres humanos (pero no se limita a esta humanidad en particular), en quienes reside el mayor potencial para la iluminación.
Sidharta Gautamá también afirmó que no existen intermediarios entre la humanidad y lo divino. Devas (dioses o ángeles), humanos y demonios se rigen por el karma, cuyas leyes dictan que la compasión y el amor por la existencia generan provecho tanto para las demás criaturas como para el que las ejerce, purificando su karma. El Buda es tan solo un ejemplo, un guía y un maestro para aquellos seres que deben recorrer la senda por su cuenta, lograr el despertar espiritual y ver la verdad y la realidad tal como son. El sistema budista de filosofía y práctica meditativa no fue una revelación divina, sino más bien el entendimiento de la verdadera naturaleza de la mente y tal entendimiento puede ser descubierto por cualquiera. Es el adentrarse en la realidad lo que se logra al comprender que la ignorancia puede eliminarse.

[Buda en otras religiones

[Otras religiones

Buda Gautamá
Buda
Precedido por Kasyapa
Sucedido por Maitreya
Avatar de Vishnú
Precedido por Krishna
Sucedido por Kalki
En general, Buda es considerado una de las figuras más importantes de la historia religiosa humana al lado de Jesucristo, Mahoma y demás grandes reformadores religiosos. Si bien Buda es la figura central del budismo, no es exclusiva de él.
  • Para los hindúes, Buda es la novena y penúltima —y la más reciente— encarnación de Viṣṇú, precedida por Krishná y seguida por Kalki, es decir, es un avatar del hinduismo.
  • El caodaísmo lo considera uno de los profetas de Dios.[cita requerida]
  • La teosofía, como otras escuelas esotéricas, consideran a Buda uno de los mayores iluminados.
  • Los budistas chinos le adoran como El Fo, dirigiéndose a él como Fot-tchou[cita requerida]
  • El maniqueísmo lo incluía entre los predecesores de Mani al lado de Moisés, Jesús y Zoroastro.[cita requerida]
  • Para el bahaísmo, Buda es una de las nueve representaciones de Dios sobre la Tierra.
  • La Iglesia de la Unificación de Moon lo considera uno de sus profetas.[cita requerida]
  • Los raelianos lo consideran uno de los supuestos clones extraterrestres destinados a guiar a la humanidad.[cita requerida]
  • La cienciología lo considera, junto con Jesús, uno de los clear, aquellas personas que han logrado ponerse en contacto con su alma extraterrestre.[cita requerida]

REFERENCIAS


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Simón Bolívar




Cuando la Independencia de América comenzaba a pensarse con otros nombres y a iniciar su recorrido autónomo, nació en Caracas, el 24 de julio de 1783, Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios. Venezuela era entonces una Capitanía General del Reino de España, en cuya población se respiraban resquemores por las diferencias de derechos existentes entre la oligarquía española dueña del poder, la clase mantuana o criolla, terratenientes en su mayoría, y los estratos bajos de pardos y esclavos.
Los mantuanos, a pesar de los privilegios que tenían, habían desarrollado un sentimiento particular del "ser americano", que los invitaba a la rebeldía: "Estábamos (explicaría Bolívar más tarde) abstraídos y, digámoslo así, ausentes del universo en cuanto es relativo a la ciencia del gobierno y administración del Estado. Jamás éramos virreyes ni gobernadores sino por causas muy extraordinarias; arzobispos y obispos pocas veces; diplomáticos nunca; militares sólo en calidad de subalternos; nobles, sin privilegios reales; no éramos, en fin, ni magistrados ni financistas, y casi ni aun comerciantes; todo en contravención directa de nuestras instituciones".
Ésta era, por lo demás, la clase a la cual pertenecían Juan Vicente Bolívar y Ponte, y María de la Concepción Palacios y Blanco, padres del niño Simón. Era el menor de cuatro hermanos y muy pronto se convertiría, junto a ellos, en heredero de una gran fortuna. Bolívar quedó huérfano, definitivamente, a los nueve años de edad, pasando al cuidado de su abuelo materno y posteriormente de sus tío Carlos Palacios; ellos velarían por la educación del muchacho, mientras la negra Hipólita, su esclava y nodriza, continuaría ejerciendo sus funciones de cuidado.


Entre los valles de Aragua y la ciudad de Caracas discurrió la infancia y parte de la adolescencia del joven Simón. Combinaba sus estudios en la escuela de primeras letras de la ciudad con visitas a la hacienda de la familia. Más tarde, a los quince años de edad, los territorios aragüeños cobrarían un nuevo significado en su vida cuando, por la mediación que realizara su tío Esteban, "ministro del Tribunal de la Contaduría Mayor del Reino" ante el rey Carlos IV, fuera nombrado "subteniente de Milicias de Infantería de Blancos de los Valles de Aragua".

Mientras esto sucedía, tuvo la suerte de formarse con los mejores maestros y pensadores de la ciudad; figuraban entre ellos Andrés Bello, Guillermo Pelgrón y Simón Rodríguez. Fue este último, sin embargo, quien logró calmar por instantes el ímpetu nervioso y rebelde del niño, alojándolo como interno en su casa por orden de la Real Audiencia; lo cual sería la génesis de una gran amistad. Pero ni esto ni aquello de la milicia fueron suficientes para aquietar al muchacho, y sus tíos decidieron enviarlo a España a continuar su formación.

La estancia en Europa
Corría el año 1799 cuando Bolívar desembarcó en tierras peninsulares. En Madrid, a pesar de seguir sus estudios, el ambiente de la ciudad le seducía: frecuentaba los salones de lectura, baile y tertulia, y observaba maravillado la corte del reino desde los jardines de Aranjuez, lugar éste que evocaría en sueños delirantes en su lecho de muerte. Vestía de soldado en esos tiempos en los cuales España comenzaba a hablar de Napoleón, y así visitaba al marqués de Ustáriz, hombre culto con quien compartía largas tardes de conversación.

En una de ellas conoció a María Teresa Rodríguez del Toro, con quien se casaría el 26 de mayo de 1802 en la capilla de San José, en el palacio del duque de Frías. Mientras Bernardo Rodríguez, padre de la muchacha, decidía dar largas al compromiso, Bolívar los sigue hasta Bilbao y aprovecha para viajar a Francia: Bayona, Burdeos y París. Inmediatamente después de la boda se trasladan a Caracas y, a pesar de los resquemores que canalizaban los criollos a través de sus conspiraciones, Bolívar permanece junto a su esposa llevando una vida tranquila. Esto apenas duraría, sin embargo, pues María Teresa murió pocos días después de haberse contagiado de fiebre amarilla, en enero de 1803. Bolívar, desilusionado, decide alejarse y marcha nuevamente a Europa.

Los acontecimientos en Venezuela comenzaban a tomar aires de revuelta mientras el caraqueño Francisco de Miranda, desde Estados Unidos y las Antillas, preparaba una invasión que dibujaba la noción de Independencia. Ajeno a todo aquello, Bolívar se reúne con su suegro en Madrid, para trasladarse a París en 1804. Napoleón no tardaría en declararse emperador de Francia. Este último había organizado una clase aristócrata, hallada entre la burguesía, que se reunía en los grandes salones a los cuales asistía Bolívar en compañía de Fernando Toro y Fanny du Villars.
El todavía joven Bolívar, especie de dandy americano, se contagia poco a poco de las ideas liberales y la literatura que inspiraron la Revolución Francesa. Era un gran lector y un interlocutor bastante interesado en la política de la actualidad. En esos tiempos conoció a Alexander von Humboldt, expedicionario y gran conocedor del territorio americano, quien le habla de la madurez de las colonias para la independencia; "lo que no veo (diría Humboldt) es el hombre que pueda realizarla".

Simón Rodríguez se hallaba en Viena; Bolívar, al enterarse, corrió en su búsqueda. Posteriormente el maestro se trasladó a París, y en compañía de Fernando Toro emprendieron un viaje cuyo destino final era Roma. Cruzaron los Alpes caminando hasta Milán, donde se detuvieron el 26 de mayo de 1805 para presenciar la coronación de Napoleón, a quien Bolívar admiraría siempre. Después Venecia, Ferrara, Bolonia, Florencia, Perusa y Roma. En esta última ciudad se produjo el llamado Juramento del Monte Sacro, en el cual, en presencia de Rodríguez y Fernando Toro, Bolívar juró "romper con las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español".

Evidentemente, esta circunstancia no nace en Bolívar ni se produce de forma repentina. El fervor del momento y sus conversaciones con importantes intelectuales de la talla, precisamente, de su maestro, le hacen comprender la situación de América respecto a España. Bolívar se entera de las fallidas expediciones libertadoras de Francisco de Miranda en Ocumare y la Vela de Coro, y decide emprender viaje de regreso.

La gestación de un ideal
Bolívar regresó a Caracas a mediados de 1807, tras una corta estancia en Estados Unidos, para retornar a su antigua vida de hacendado. José Antonio Briceño, un vecino de tierras y fincas, le esperaba con un cerco en sus tierras; tal asunto debía resolverse cuanto antes. Las incursiones de Miranda habían incorporado entre algunos caraqueños el concepto de la emancipación; sin embargo, la gran mayoría de los criollos se conformaba con rebelarse pasivamente violando las normas que se dictaban desde España.

Bolívar ya se había incorporado a las actividades de la conspiración (en 1808 ya conspiraba) cuando estalló la revuelta el 19 de abril de 1810. Las noticias del reino anunciaban la invasión de España por parte de las tropas de Napoleón y el secuestro del rey y su hijo Fernando. La situación era propicia para que el conde de Tovar presentara al gobierno un proyecto para crear una junta de gobierno adscrita a la Audiencia de Sevilla. Los criollos demandaban participación política. En un comienzo, las autoridades se mostraron reacias al proyecto, pero, posteriormente, ante el vacío de poder que se había creado, decidieron pactar con los conspiradores. Bolívar, enterado de la situación, abrió las puertas de "la cuadra de Bolívar" para incorporarse en las reuniones. Se negó categóricamente a participar en el proyecto de la coalición; para él, debía clamarse por la emancipación absoluta.
En las vísperas del jueves santo de 1810, arribaron a la ciudad los comisionados de la nueva regencia de Cádiz, órgano que actuaría en sustitución de Fernando VII para formar nuevo gobierno. El capitán general se les unió y al día siguiente los criollos le sitiaron y le obligaron a dirigirse al cabildo. La mitología venezolana recoge de esta fecha el instante en el cual Vicente de Emparan, capitán general, se asoma en el balcón del cabildo de Caracas para interrogar al pueblo enardecido acerca de la voluntad del mismo a continuar aceptando su mando, con el clérigo José Cortés de Madariaga detrás de él haciendo señas con su dedo al pueblo para que lo negasen. Tras un rotundo "¡No!" por parte de la población, Emparan dice: "Pues yo tampoco quiero mando". Estalló la famosa revuelta caraqueña que, sin proponérselo, daba inicio al proceso de Independencia de Venezuela. Se creó una Junta Suprema de Venezuela. Bolívar fue nombrado por ésta "Coronel de Infantería". Le fue asignada la tarea de viajar a Londres, en compañía de Andrés Bello y Luis López Méndez, en busca de apoyo para el proyecto del nuevo gobierno.

En Londres fueron recibidos por el ministro de Asuntos Exteriores, Lord Wellesley, quien después de varias entrevistas terminó por mantenerse neutro frente a la situación. Bolívar, a pesar de ver frustrado el intento, encontró en esta coyuntura el último empujón que le faltaba para decidirse a entregar su alma y su vida por la idea de la emancipación absoluta de toda la América. La pieza clave de esta circunstancia la halló en la figura de Francisco de Miranda, ideólogo y visionario de la Independencia de América, quien ya había ideado, entre otras cosas, un proyecto para la construcción de una gran nación llamada "Colombia". Bolívar se empapó de las ideas de este hombre y las reformuló a lo largo de una campaña que duraría veinte años.

Bolívar regresó a Caracas convencido de la misión que decidió atribuirse. Miranda no tardaría en seguirlo; su figura era algo mítica entre los criollos, tanto por el largo tiempo que pasó en el exterior como por su participación en la Independencia de Norteamérica y en la Revolución Francesa. Casi nadie lo conocía, pero Bolívar, convencido de la utilidad de este hombre para la empresa que se iniciaba, lo introdujo en la Sociedad Patriótica de Agricultura y Economía (creada en agosto de 1810). Ganados ambos a la idea de proclamar una Independencia absoluta para Venezuela, instaron a los miembros de la Sociedad a pronunciarse a favor de ello ante el Congreso Constituyente de Venezuela, reunido el 2 de marzo de 1811. Fue a propósito de ello que Bolívar dictó su primer discurso memorable: "Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad suramericana. Vacilar es perdernos". El 5 de julio de 1811 el Congreso declaró la Independencia de Venezuela y se aprobó la Constitución Federal para los estados de Venezuela.
La primera República se perdió como consecuencia de las diferencias de criterios entre los criollos, de los resentimientos entre castas y clases sociales, y de las incursiones de Domingo Monteverde, capitán de fragata del ejército realista, en Coro, Siquisique, Carora, Trujillo, Barquisimeto, Valencia y, finalmente, Caracas. Estaba claro que una guerra civil iba a desatarse de inmediato, pues la empresa en cuestión era todo menos monolítica. Bolívar tomaría conciencia del carácter clasista de la guerra y reflexionaría sobre ello a lo largo de todas sus proclamas políticas. En esta oportunidad, sin embargo, le tocó defender la República desde Puerto Cabello. A pesar de su excelente labor política y militar en defensa del castillo, todo fue inútil; las fuerzas del otro bando eran superiores, y a ello se le sumaba la ruina causada por los terremotos ocurridos en marzo de 1812. El 25 de julio se produjo la capitulación del generalísimo Francisco de Miranda; si bien necesaria en su opinión, esta acción llenó de ira a Bolívar, quien, al enterarse de los planes de Miranda de abandonar el territorio, participó en su arresto en el puerto de La Guaira: "Yo no lo arresté para servir al rey sino para castigar a un traidor".

La estrategia de Bolívar fue entonces huir hacia Curazao, desde donde partió a Cartagena. Su intención, arropada en el manto de un discurso deslumbrante, era encontrar apoyo en las fuerzas neogranadinas para emprender en Venezuela la reconquista de la República. "Yo soy, granadinos, un hijo de la infeliz Caracas, escapado prodigiosamente de en medio de sus ruinas físicas, y políticas": con estas palabras prosiguió el Manifiesto de Cartagena, carta de presentación de Bolívar ante el Soberano Congreso, en el cual hace un diagnóstico de la derrota al tiempo que ofrece sus servicios al ejército de esa región. Los vecinos lo acogieron otorgándole el rango de Capitán de Barrancas.
Bolívar libró unas cuantas batallas, incluso desobedeciendo órdenes, y bajo el mismo procedimiento emprendió su arremetida hacia Venezuela. Se inició en mayo de 1813 la Campaña Admirable, gesta que consistió en la reconquista de los territorios del occidente del país y en forma simultánea los de Oriente a cargo de Santiago Mariño hasta entrar triunfalmente en Caracas en agosto del mismo año. ¡Vuelve la República! A su paso por Mérida le llamaban "el Libertador", y con ese nombre fue ratificado por la municipalidad de Caracas, que le nombró, además, capitán general de los ejércitos de Venezuela.

La guerra de liberación
Estaba claro que la naturaleza de la guerra era cambiante, lo cual no tardaría en demostrarse nuevamente. La astucia con la cual Bolívar intentó polarizar los bandos a través delDecreto de guerra a muerte de 1813 ("Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes. [...] Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables"), no fue suficiente para mitigar las diferencias existentes entre los ejércitos de pardos y negros frente a la gesta emancipadora. La furia de los ejércitos llaneros, al mando del asturiano José Tomás Boves, obligó al éxodo de Caracas en julio de 1814. La República cae nuevamente.

Había que repensar la situación. Después de un corto pero victorioso tránsito por la Nueva Granada es nombrado general de división, y tras lograr la adhesión de Cundinamarca, capitán general de la confederación de la Nueva Granada, marcha hacia Jamaica en mayo de 1815. En Kingston se dedicó a divulgar, a través de una copiosa correspondencia con personalidades de todo el mundo, la intención de la guerra que se estaba librando en el territorio de la América meridional. Hasta entonces, el mundo sólo conocía la versión de los realistas.
De estos documentos divulgativos, el más famoso es laCarta de Jamaica. En ella reproduce el panorama de todas las luchas que se llevaban simultáneamente en América, especula acerca del futuro del territorio, y adelanta la idea de la unión colombiana. Y es que la escritura fue un capítulo importante en la vida de Bolívar. El poder que ejercía su pluma, puede decirse, le garantizó gran parte de sus triunfos. Revolucionó el estilo de la prosa haciendo de su letra el reflejo vivo de sus pasiones, pensamientos y acciones. Sus amanuenses y secretarios convenían en que los dictados del Libertador "tenían ganada la imprenta sin un soplo de corrección". Desde el despacho de Jamaica preparaba la nueva estrategia para Venezuela.

La reconquista de Venezuela tardaría seis años en conseguirse. Las expediciones se iniciaron en Margarita, continuaron su escalada por el oriente en dirección hacia Guayana, habilitaron la navegación del Orinoco en marcha hacia los llanos y, después, por el Ande hasta Boyacá y Bogotá, y desde el occidente hasta Valencia, para sellar la independencia definitiva en Carabobo, el 24 de junio de 1821.





Fueron los tiempos de Pablo Morillo, enviado del ya liberado Fernando VII. Vencerlo fue tarea difícil, y Bolívar tuvo que emplear nuevas estrategias de adhesión: proclamó la libertad de los esclavos, ofreció tierras a cambio de lealtad militar. Obtuvo la lealtad de los ejércitos llaneros, al mando de José Antonio Páez, vitales en la liberación de esta contienda junto a un contingente importante de soldados y generales europeos, británicos fundamentalmente, quienes anhelaban unirse al Libertador. Simultáneamente, Bolívar se encargó de la reconstrucción política de la región: convocó un Congreso en Angostura en febrero de 1819, donde pronunció un célebre discurso en el cual instó a los representantes a proclamar una constitución centralista y la creación de la Gran Colombia.

El sur se encontraba en la mira de Colombia, es decir, de Bolívar. La liberación y adhesión de Quito y Guayaquil resultaba fundamental para mantener la hegemonía de Colombia en el continente. Ello fue logrado, desde el punto de vista militar, en la batalla de Pichincha, y desde el punto de vista político, por las negociaciones adelantadas por Sucre y Bolívar en la región. La jornada de Independencia, sin embargo, terminaría en Perú con las batallas de Junín y Ayacucho, en 1824.

El valor estratégico que tenía la liberación y conquista de este territorio por parte del ejército Libertador era promover la salida definitiva de los españoles del territorio americano. Pero, además, se trataba del triunfo de la ideología bolivariana republicana sobre la propuesta de construir una monarquía en los territorios del sur, defendida por la oligarquía peruana y secundada aparentemente por José de San Martín, "Libertador del Sur" y "Protector" de aquellas tierras. Ambos libertadores se reunieron en Guayaquil en julio de 1822 con el fin de tratar éste y otros asuntos relativos a la guerra. Nunca se supo de qué hablaron, pero el curso de los acontecimientos brinda la evidencia de un pacto en el cual San Martín cede. Bolívar anhelaba para el Alto Perú su reivindicación definitiva como tierra incaica frente a la devastadora clase dominante limeña. En ese territorio, después de la batalla de Ayacucho se construye una nación con el nombre de Bolívar (Bolivia). Sucre queda al mando y Bolívar regresa a rendir cuentas al Congreso colombiano; corría el año 1826.

Los meses que precedieron la muerte del Libertador en Santa Marta, en 1830, le significaron a Bolívar la evocación de la memoria de su amarga derrota política. La trayectoria desde lo alto de la cima del Chimborazo cuando Bolívar deliraba y se confundía con el "Dios de Colombia" hasta su renuncia a la presidencia de Colombia en abril de 1830, significó para Bolívar la lucha por la verdadera construcción de las naciones. Abogó en todo momento por la edificación de un Estado centralista que lograra cohesionar aquello que en virtud de la heterogeneidad racial, cultural y geográfica no resistía la perfección de una federación.

Todo fue inútil. Las pugnas caudillistas y nacionalistas vencieron y procedieron a la separación de Venezuela y Ecuador de la Gran Colombia. Recordaba a Manuelita Sáenz, su último amor y la "Libertadora" de su vida en el atentado del 25 de septiembre de 1828, en Bogotá; también evocaba otros amores y otros atentados. Lloraba la muerte de Sucre, recordaba y deliraba, y así murió, solo y defenestrado de los territorios que había libertado, por causa de una hemoptisis, en la Quinta San Pedro Alejandrino, el 17 de diciembre de 1830. En 1842 el gobierno de Venezuela decidió trasladar los restos de Bolívar, según su último deseo. Desde entonces, su legado ha devenido mito y veneración como "fundador de la patria".



REFERENCIAS



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ERNESTO GUEVARA "EL CHE"




“Pelao”, “Teté”, “Tito”, “Doctor”, “Francotirador”, “Ramón”, “Sacamulas”, “Tatú”, “Chag-Cho”, “Ernestito”, “CHE; nombres de guerra, de niño, de hombre, de soñador, de poeta. Todos, tan distintos, pero connotando exactamente lo mismo.Ernesto Rafael Guevara de la Serna, hijo de Ernesto Guevara Lynch y Celia de la Serna y de la Llosa. 
Nació en Argentina el 14 de junio de 1928, a las 15:05 horas, en el Hospital Centenario de la ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe. Es el primero de cinco hijos del matrimonio: Ernesto, Roberto, Celia, Ana María y Juan Martín. Conforman una familia aristocrática pero sin fortuna, dilapidada por los descendientes de su bisabuelo, hombre sumamente rico de raíces españolas. Su madre llevaba en la sangre genes del General José de la Serna e Hinojosa, virrey del Perú.


Los padres de Ernesto, recién casados, parten de Buenos Aires, sitio donde vivían, hacia la provincia de Misiones, tras la inversión en la compra de yerbatales. Celia ya se encontraba encinta al momento de contraer matrimonio y, ante la inminencia del parto, siete meses después, insta a su esposo a regresar a la Capital de la República. El niño no permitió recorrer los 1200 kilómetros que separaban ambas ciudades, por lo que debieron recalar en Santa Fe para el alumbramiento. Dos meses más tarde continuaban viaje hacia la ciudad porteña.

Vida y obra del Che Guevara

Ya a temprana edad Ernestito comienza a sufrir asma determinando que su infancia transcurriese enAlta Gracia, Córdoba, sitio que lo marcaría a fuego para el resto de su vida. Inolvidable sería la experiencia de compartir sus días con la miseria de sus compañeros de niñez y la explotación a la los padres de éstos eran sometidos por los empresarios. A los cinco años, en la provincia de Cordoba, escribía y empieza a explorar las clásicas novelas de aventuras. La educación primaria la obtuvo en el hogar, a cargo de su madre. La escuela media la realizó en el Colegio Nacional Deán Funes, en la provincia norteña. Poco a poco se torna voraz lector de Marx y Engels, el relativismo físico Einsteiniano y el relativismo moral de Freud moldean su personalidad. No es aceptado en el servicio militar por sus padecimientos asmáticos. Trabaja como enfermero en buques mercantes y petroleros con los que comienza a conocer latinoamérica. A los 19 años y con el marco del peronismo y la guerra civil española ingresa a la Universidad de Buenos Aires, de donde egresa como médico con orientación hacia la dermatología en 1953, seis años después. Sus estudios estaban signados por las incógnitas de su propia enfermedad. Se muestra sumamente interesado por la lepra y otras enfermedades similares.



En ese periodo alterna los libros con los viajes; a poco de ingresar a la Facultad realiza un recorrido en bicicleta por el Norte argentino y en 1951 el famoso derrotero en su Norton 500 cm3 por el sur argentino, Chile, Perú, Colombia, Venezuela y Miami, pasando por el leprosario de San Pablo, Brasil. Este viaje ha quedado documentado en sus anotaciones personales, fuente de inspiración para la exitosa película “Diarios de motocicleta”.


Una vez recibido parte por el camino de las leyendas; pasa por Bolivia, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, El Salvador y Guatemala. El marxismo leninista ya estaba arraigado fuertemente en su ideología. En Guatemala conoce a Hilda Gadea, joven marxista con quien habrá de casarse y tener una hija, que hace de nexo entre él y Nico López, compañero de Fidel Castro.
A los 26 años consigue trabajo como médico en el Hospital General de México donde conoce a los hermanos Castro, Raúl y Fidel; descubriendo al líder que podría conducir a través de la acción sus teorías comunistas y encauzar su energía revolucionaria (ya mostraba su convencimiento del uso de las armas como vía regia del éxito de cualquier movimiento revolucionario).


Se une a Fidel en los entrenamientos guerrilleros que grupos cubanos llevaban a cabo en México, bajo las directivas de Alberto Bayo, Capitán del Ejército Español Republicano. Allí es bautizado como “CHE” por su argentinismo utilizado en el habla. Es apresado, junto con el resto del grupo, por conspiración para derrocar a Batista, pero es liberado por el presidente Cárdenas.

La Misión a Cuba, con 82 hombres a bordo del Granma, lo tuvo como protagonista, primero como médico y luego como comandante de una de las fuerzas, siendo de los más aguerridos combatientes. La lucho se extendió entre el 2 de diciembre de 1956 hasta la caída definitiva del gobierno de Batista el 31 de diciembre de 1958. Luego del triunfo se convierte en la mano derecha de Fidel.
che guevara y fidel
Se nacionaliza cubano el 9 de febrero de 1960 aunque él manifiesta sentirse ciudadano latinoamericano.
Dirigió el Instituto Nacional de Reforma Agraria, fue presidente del Banco Nacional de Cuba y Ministro de Industrias (que solo funcionó mientras él estuvo frente de la cartera), y lo mostró como un hombre progresista tratando de instalar sistemas de calidad total en la industria cubana. Viaja por el sudeste asiático y la ex URSS, con quien establece negocios para contrarrestar el bloqueo norteamericano. Viaja al Congo, conoce a Kinshasa y presta ayuda junto a una centena de cubanos (“La Base”) para liberarse de la opresión belga. La misión duró siete meses con resultado negativo.
Renunciando a todo en Cuba, parte hacia Bolivia con el nombre de Adolfo M. González y pasaporte uruguayo. Se incorpora en la guerrilla para ayudar al campesinado contra el gobierno militar. Es capturado y fusilado el 9 de octubre de 1967.
Sus restos descansan en Santa Clara, Cuba.


El revisionismo histórico pretende opacar la figura de este hombre; talvés, en algún punto, les asista razón.
Pero lo más certero es que donde sople el viento cruel del imperialismo, de la opresión, de la explotación del hombre por el hombre, tan solo será para agitar la bandera que lleve inscripto el rostro del CHE GUEVARA, cuya mirada tranquila parece perderse en un horizonte de lucha, de justicia y de equidad.


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